De contemptu mundi
La obra fue tan influyente y famosa que pasó a formar parte del canon de los Auctores octo morales (los "Ocho autores morales"), textos centrales de la pedagogía cristiana medieval, y dio lugar el tópico literario del mismo nombre: de contemptu mundi o menosprecio del mundo y de la vida terrena, que no son otra cosa que un valle de lágrimas y pecado.[1] Se trata de un poema en latín dedicado al abad de Cluny Pedro el Venerable y dividido en tres libros, con un total de unos tres mil versos en difíciles hexámetros holodactílicos (formados solo con pies dáctilos) rimados en pareado y con mucha rima interna: Satiriza y condena agriamente en nombre del ascetismo los pecados de clérigos, monjes, monjas y seglares que el autor observó en el mundo que lo rodeaba.Al denunciar la naturaleza transitoria de la vida terrenal, Bernardo sostuvo que la satisfacción del hombre solo se podía encontrar en la existencia espiritual del próximo mundo, al que se podía llegar más directamente mediante un ascetismo riguroso.Se encuentra en un manuscrito del siglo XIII en la Biblioteca Bodleiana de Oxford.La imprimió por vez primera el luterano Matthias Flacius o Matías el Flaco en sus Varia poemata de corrupto ecclesiae statu (Basilea, 1557) como ejemplo de la corrupción que para el protestantismo invadía la Iglesia católica, profundamente arraigada en la sociedad medieval, y fue reimpreso a menudo por otros protestantes en el curso de los siglos XVII y XVIII.