De cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades

Este aforismo fue utilizado, en diversas formas, por autores tales como Étienne Cabet o Louis Blanc, y se popularizó especialmente entre los ideólogos del socialismo utópico, y posteriormente en el pensamiento anarquista.

Fue retomado por Karl Marx en su Crítica del Programa de Gotha, obra póstuma publicada en 1891, para formular el principio por el que se regiría la «fase superior» de la «sociedad comunista», mientras que la «primera fase» estaría definida por el principio «A cada cual según su aporte».

Karl Marx escribió en 1875 su crítica al Programa de Gotha del nuevo partido unificado alemán Partido Socialista Obrero de Alemania, aunque no fue publicada hasta dieciséis años después.

Pero este principio, no aseguraba la igualdad, pues las capacidades de los hombres no eran las mismas, ni tampoco su situación familiar, por lo que unos recibirían más que otros.

Por eso Marx proponía que en la «fase superior de la sociedad comunista» el principio que debía aplicarse fuera: «¡De cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades!».

Aunque popularmente se considera a Marx como el creador de la frase, la consigna era común dentro del movimiento socialista.

Nada en la sociedad pertenecerá a nadie, ya sea como posesión personal o como bienes de capital, excepto las cosas para las que la persona tiene uso inmediato, ya sea para sus necesidades, sus placeres o su trabajo diario.

Pero este no es el caso y probablemente nunca lo será, porque "las necesidades del hombre tienden siempre a sobrepasar su capacidad para satisfacerlas... [Por lo tanto] será necesario tener una agencia para determinar las cantidades relativas de las necesidades de los hombres".

Además, se le explicó al protagonista que un hombre no está lo suficientemente calificado para determinar sus necesidades y los comités especiales, "Pentagramas", hacen esto.