La igualdad de resultados es un concepto de justicia social que defiende la igualdad real alcanzada y contrastada en materia de derechos humanos, tanto derechos civiles y políticos como derechos económicos, sociales y culturales.
[2] La igualdad de resultados no pretendería una igualación sistemática en todos los aspectos de la vida, ya que los factores que condicionan la diversidad social, el éxito, el fracaso, la enfermedad, los accidentes... en una sociedad formada por individuos de capacidades dispares y sometidos a situaciones azarosas no solo es imposible sino innecesario garantizar idealmente una igualdad absoluta de resultados.
Si lo es, exigir, que los derechos humanos alcancen a todos los ciudadanos.
Tradicionalmente la izquierda política ha sido más favorable a la igualdad de resultados, mientras que la derecha política tradicionalmente más proclive a la igualdad de oportunidades.
La máxima del socialismo marxista del «a cada cual según su aporte», frecuentemente repetida en la forma «a cada uno según su necesidad, de cada uno según su capacidad», ilustra la idea defendida por los que prefieren la igualdad de resultados frente a la igualdad de oportunidades.