Lesión cerebral

Las lesiones cerebrales pueden darse a causa de diversos factores internos y externos.

El término daño cerebral adquirido (DCA) se utiliza adecuadamente en este ámbito para diferenciar las lesiones cerebrales que se dan después del parto, de aquellas relacionadas con alguna enfermedad genética o alguna enfermedad congénita.

Las lesiones cerebrales suelen dar lugar a deficiencias o discapacidades que pueden variar mucho en intensidad.

En caso de lesiones cerebrales graves, la probabilidad de sufrir una discapacidad en ciertas áreas es mayor, esto incluye deficiencias neurocognitivas, delirios (para ser específicos, delirios monotemáticos), trastornos del habla y del movimiento, y retrasos mentales.

[2]​ La fatiga mental es una experiencia debilitante común y puede no estar vinculada por el paciente al incidente original (leve).

Los síntomas cognitivos incluyen confusión, agresividad, comportamiento anormal, dificultad para hablar y coma u otros trastornos de la conciencia.

[3]​ Las lesiones cerebrales a menudo crean un deterioro o discapacidad que puede variar mucho en gravedad.

Incluso un incidente leve puede tener efectos a largo plazo o hacer que los síntomas aparezcan años después.

Sin embargo, esto no significa que una persona con alexia pura sea incapaz de comprender el habla, sino que no existe conexión entre su corteza visual de trabajo y las áreas del lenguaje, como demuestra el hecho de que las personas con alexia pura puedan escribir, hablar e incluso transcribir letras sin comprender su significado.

[8]​ Las lesiones de la circunvolución fusiforme suelen provocar prosopagnosia, la incapacidad para distinguir caras y otros objetos complejos entre sí.

En la asistencia sanitaria y en la rehabilitación de pacientes que padecen alguna deficiencia tras sufrir una lesión cerebral participan varios profesionales.

neurólogos, neurocirujanos y rehabilitadores son médicos especializados en el tratamiento de una lesión cerebral.

[17]​ También informan que el fitness y el entrenamiento aeróbico aumentan el estado físico cardiovascular; aunque estas mejoras no se trasladan a nivel funcional.

Aun así, es necesario seguir investigando para entender mejor la eficacia de los tratamientos aquí mencionados.

Otros tratamientos incluyen medicación, psicoterapia, rehabilitación neuropsicológica, snoezelen, cirugía o implantes como los utilizados en la estimulación cerebral profunda.

En el caso de daño cerebral causado por un traumatismo craneoencefálico, pueden utilizarse dexametasona y/o manitol.

Un TAC de la cabeza años después de un traumatismo craneoencefálico que muestra un espacio vacío donde se produjo el daño, marcado por la flecha