[1][2] Se conoce como la incapacidad para reconocer objetos, personas, sonidos, olores o tamaños mientras que el sentido en sí no falla y tampoco hay una pérdida de memoria.
En contraste, las personas con agnosia visual asociativa experimentan dificultades cuando se les pide que nombren objetos.
El daño que causa la agnosia generalmente ocurre en los lóbulos occipital o parietal del cerebro.
El surco temporal superior es vital para la comprensión del habla porque la región está muy involucrada con la interfaz léxica.
Según el modelo TRACE II de 1985, la interfaz léxica asocia ondas sonoras (fonemas) con características morfológicas para producir palabras significativas.
- +1 La consistencia de este modelo con respecto a la agnosia se demuestra por la evidencia de que las lesiones bilaterales del surco temporal superior producen "sordera total" (Kussmaul, 1877), o como se entiende hoy en día: agnosia del habla.
Para que un individuo sea diagnosticado con agnosia, solo debe estar experimentando un déficit sensorial en una modalidad única.
Esta distinción se puede obtener haciendo que el individuo complete las tareas de copia y comparación.
Las fotos que se les enseña a los pacientes están selectas para ser apropiadas para su edad y cultura.
Se trata de la incapacidad para llevar a cabo un reconocimiento integral aunque el recuerdo exista en alguna modalidad sensorial o categoría conceptual aisladas.
El agnóstico identifica las propiedades (visuales, táctiles o auditivas) pero luego no lo reconoce como tal.
Esta lesión puede deberse a un traumatismo craneoencefálico, accidente cerebrovascular (ictus), demencia, intoxicación por monóxido de carbono u otros desórdenes neurológicos.
Los pacientes pueden mejorar si la información se les presenta en otras modalidades que la dañada.