Originalmente, el término se refiere a una condición posterior a daño cerebral agudo (prosopagnosia adquirida), sin embargo también existe una forma del trastorno congénita o desarrollada, que afecta hasta un 2,5 % de la población de los Estados Unidos.
El giro fusiforme en el hemisferio derecho esta a menudo más involucrado con el reconocimiento de rostros familiares que el izquierdo.
La prosopagnosia adquirida es el resultados de daño en el lóbulo temporal-occipital y se encuentra con mayor frecuencia en adultos.
La definición sigue siendo vigente, pues sirve para caracterizar el trastorno sin diagnosticarlo o pronosticarlo; no obstante, ahora se sabe que puede tener distintas características.
[12] Los análisis con tomografía por emisión de positrones (PET) y fMRI han demostrado que, en individuos sin prosopagnosia, estas áreas se activan específicamente en respuesta a estímulos faciales.
[7] Las áreas occipitales inferiores están principalmente implicadas en las etapas tempranas de percepción del rostro y el anterior temporal en las estructuras que integran la información concreta sobre el rostro, la voz y el nombre de una persona conocida.
Las imágenes se recortan para eliminar el pelo y la ropa, ya que muchas personas con prosopagnosia usan estas señales para reconocer los rostros.
Choisser colocó un aviso en Usenet diciendo “Problema para reconocer rostros”, lo que ocasionó el acercamiento de especialistas, curiosos y personas afectadas.
Su historia ha sido publicada en diarios y en revistas como Wired, sin contar a la prensa especializada, tanto en psicología como en neurología.