El rechazo frontal de los socialistas moderados a aceptar esta exigencia y la falta de una dirección política alternativa hicieron fracasar las protestas, apoyadas en el último momento y con bastante renuencia por la dirección bolchevique.
[9] Estos deseaban formar un nuevo Gobierno liberal-socialista, pero que excluyese a las principales figuras kadetes, el principal partido liberal, con los que habían cooperado con gran dificultad en el primer Gobierno de coalición.
[9] Los planes de Tsereteli se vieron truncados por los acontecimientos inesperados que tuvieron lugar en la capital.
[11][13] Por otro lado, numerosos soldados mayores de cuarenta años mostraron su intenso descontento porque se los devolviese al frente para participar en la nueva ofensiva militar después de que se los hubiese enviado anteriormente a sus hogares para que participasen en la siembra.
[17] La delegación temía ser expulsada del Sóviet de Petrogrado y quedar aislada políticamente.
[17] La anulación de las marchas en el último momento dejó a numerosos trabajadores y soldados descontentos.
[2] Los bolcheviques emplearon los días previos a la manifestación en una amplia campaña, sin igual entre las demás formaciones políticas, para introducir sus lemas de la manifestación anulada en la nueva convocada por el Consejo y obtuvieron un gran respaldo en fábricas y cuarteles.
Lenin se mostró contrario a intentar tomar el poder prematuramente sin contar antes con una mayoría en los consejos.
[23] Por otra parte, aumentaba la tensión entre los anarcocomunistas, instalados en Villa Durnovó, en el norteño distrito de Víborg, y el Gobierno.
[28] Esta orden fue acatada en teoría pero desobedecida en la práctica, alentando los agitadores de la Organización a los soldados en su propósito.
[38] Por la tarde, las organizaciones bolcheviques, ante el aumento del movimiento, presionaron al comité central para respaldarlo antes de encontrarse con un levantamiento armado que no controlase.
[40][37][31] Incapaz de contener las protestas, la dirección bolchevique decidió finalmente unirse a ellas, como ya lo había hecho parte de la base del partido, que había atizado el descontento y favorecido las manifestaciones.
[42] A esa hora, el palacio estaba rodeado por unos sesenta o setenta mil manifestantes y desprovisto de protección, ya que unos regimientos de la guarnición se negaron a enviar tropas si no lo hacían los demás.
[38][37][13] Los manifestantes llevaban pancartas exigiendo la dimisión de los «ministros capitalistas» y el traspaso del poder político a los sóviets.
[43] La mañana del día siguiente, la ciudad continuó paralizada por las protestas: los comercios cerraron tras abrir brevemente, el transporte público urbano cesó y los trabajadores se unieron a las protestas o no acudieron a sus puestos de trabajo.
[47] La Organización Militar Bolchevique había pasado la noche planeando las protestas, sin descartar un derrocamiento del Gobierno por la fuerza.
[34] Por su parte, los llamamientos de los dirigentes socialistas moderados del Consejo para que cesasen las protestas resultaron infructuosos.
[41] Soldados y trabajadores se concentraron en la mansión Kshesínskaya para recibir instrucciones sobre las marchas para ese día mientras agitadores bolcheviques competían con enviados del Consejo para ganarse el respaldo de las fábricas para la continuación de la protesta.
[48][34] Las unidades que no se habían amotinado se habían declarado neutrales y no mostraban intención alguna de acudir en auxilio del Gobierno, reunido sin defensa alguna en el apartamento del primer ministro, príncipe Lvov.
[52] En un intento de acabar con la protesta, la mayoría del Consejo envío al dirigente socialrevolucionario y ministro de Agricultura[45] Víctor Chernov a convencer a los manifestantes, que le recibieron con hostilidad, deteniéndolo.
[53] Sin embargo, estas no llegarían a la ciudad al menos hasta la noche.
[36] Mientras, durante la tarde, el ministro de Justicia, Perevérzev, sin acordarlo con el Consejo asediado en el palacio, decidió publicar la investigación que el Gobierno estaba llevando a cabo sobre la posibilidad de que Lenin estuviese trabajando para los alemanes.
[67] Por la tarde, comenzaron las conversaciones entre las fuerzas leales y las rebeldes para la rendición de estas, que no se logró.
[71] En las provincias hubo escaso apoyo a la toma del poder por los sóviets y apenas se produjeron incidentes en unas cuantas ciudades.
[72] Este día se expidió la orden de detención contra Lenin, Zinóviev y Kámenev.
[73] La revuelta acentuó el rechazo de los dirigentes mencheviques a tomar el poder y formar un Gobierno exclusivamente socialista, como habían reclamado los manifestantes.
[41] Los bolcheviques se habían visto arrastrados a participar en las protestas por un descontento que no podían controlar.
[81] Las medidas represivas del nuevo Gobierno encabezado por Aleksandr Kérenski fueron limitadas[73] e ineficaces y no lograron restablecer el orden de forma completa.
[84] La pérdida de apoyo entre obreros y campesinos a los bolcheviques fue asimismo efímera,[79] aunque intensa.
[87][73] Otros dirigentes considerados por el Gobierno culpables de la revuelta, tachada de traición, fueron arrestados[86] en los días siguientes a su aplastamiento (entre ellos el bolchevique Lev Kámenev o León Trotski y Anatoli Lunacharski, los dos del Comité Interdistrito).