Cristo yacente de El Pardo

Gregorio Fernández la habría tallado en Valladolid, cuando tenía 29 años, al poco tiempo de instalarse en la ciudad castellana, donde estaba establecida la corte.Frente a esta hipótesis, defendida por autores como Isabel Gea Ortigas, Antonio Arandillas y Gregorio Blanco García, otros historiadores sitúan su origen hacia 1614-1615.Representa a Jesucristo sobre un sudario, en posición yacente, una vez crucificado y trasladado al Santo Sepulcro.La cabeza y parte del tórax se apoyan sobre una almohada, mostrándose inclinados, lo que contribuye aún más a esa percepción de lateralidad.Gregorio Fernández evitó cualquier signo que hiciera visible el rigor mortis, con la excepción de un leve hinchamiento del cuerpo.
Vista de la escultura.
Urna del 1940 donde se custodia la escultura.