[1] Durante la huida se incorporó la novia de Rösner, Marion Löblich, con quien secuestraron un autobús del transporte público en Bremen.
[6][7] Según se informa, cuando tenía 8 o 9 años, un conocido de su padre le enseñó a robar en tiendas.
[7][9] Un año después, se mudó con su novia, Marion Löblich, y su hija adolescente Nicole, a un apartamento en el barrio de Rentfort-Nord.
[10] En su adolescencia cometía con regularidad delitos menores, entre ellos el hurto en tiendas, y fue arrestado por primera vez a la edad de 15 años por robar drogas sedantes.
[10] En 1983, Rösner y Degowski volvieron a cruzarse cuando compartieron celda en la prisión de Werl durante ocho meses.
[7][12] Algún tiempo después del nacimiento de su hija Leila, que tiene discapacidad intelectual, descubrió a su marido engañándola con su mejor amiga.
[7][12] Allí conoció a Ralf Löblich y se divorció de su marido en 1978 para casarse por tercera vez.
[12] La pareja trabajó durante algún tiempo como taxistas, pero insatisfecha con su matrimonio, Marion dejó a su marido para iniciar una relación con Hans-Jürgen Rösner.
Marion Löblich, la novia de Hans-Jürgen Rösner, subió al coche en Gladbeck.
Dos agentes de policía detuvieron a Marion Löblich, que estaba utilizando el baño.
Exigiendo un intercambio, Degowski y Rösner amenazaron con matar a un rehén cada cinco minutos.
[14][15] En el momento de los hechos, la policía iba a seguir la petición de los secuestradores y soltar a Löblich, pero una mala comunicación policial y la llave defectuosa para abrir las esposas impidieron evitar la muerte del adolescente.
Después de este incidente, el autobús fue conducido hacia Oldenzaal, en los Países Bajos.
[16] Al intentar escapar, Löblich y el conductor del autobús resultaron heridos.
El periodista Udo Röbel accedió al interior del vehículo y dio instrucciones a los secuestradores hasta una zona de descanso cercana en la autopista, acompañándolos durante varios kilómetros.
Sin embargo, Silke Bischoff, de 18 años, recibió un disparo mortal en el corazón y murió.
Varios años después del incidente, tuvo lugar un debate público entre la policía local y el juez que había condenado a Rösner y Degowski a cadena perpetua sobre el papel desempeñado por los periodistas inmiscuidos en la crisis de rehenes, entre ellos Udo Röbel, un reportero que había subido al vehículo con los secuestradores y los acompañó, dándoles indicaciones para salir de Colonia.