El ejército de los Estados Unidos instaló a algunos montañeses en América, principalmente en Carolina del Sur.
El término también se usa a menudo de forma genérica para referirse a todos los vietnamitas (alrededor de 2 millones) que abandonaron su país por cualquier medio entre 1975 y 1995.
El hecho que países limítrofes como Camboya y Laos se hallasen gobernados por regímenes pro-vietnamitas, proclives a repatriar refugiados de Vietnam, motivó que los presuntos migrantes vietnamitas debieran viajar por mar hacia otros países del Sudeste Asiático.
Los primeros destinos de los botes fueron así Hong Kong (en aquel entonces territorio dependiente británico), Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur y Tailandia.
Miles de los refugiados no sobrevivieron al viaje, el cual resultaba extremadamente difícil y riesgoso.
Usualmente los migrantes eran favorecidos por la negligencia o corrupción de las autoridades vietnamitas para obtener una embarcación precaria y no siempre adecuada para el viaje, pero ya en alta mar enfrentaban el peligro de piratas, botes sobrepoblados, hambre y enfermedades, o tormentas o tifones que causaban incontables naufragios.
Los más afortunados sobrevivientes lograban ser rescatados por patrullas navales extranjeras, pero la mayoría se veía obligada a desembarcar bajo su propio riesgo.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados calculó que entre 200 000 y 400 000 vietnamitas murieron durante las travesías.
[6] No obstante, ya desde 1978 los países del sudeste asiático se mostraron cada vez más reacios a aceptar boat people en sus costas, al no contar con recursos para absorber tan grande cantidad de migrantes extranjeros; esto no detuvo la migración clandestina, que ahora evitaba las embarcaciones de gran tamaño y empleaba botes pequeños más difíciles de detectar aunque más riesgosos para sus pasajeros.