Según el filólogo J. A. W. Bennett, se trata de la única crónica histórica escrita en prosa perteneciente al periodo comprendido entre la conquista normanda y finales del siglo XIV.
Cuando Guillermo I conquistó Inglaterra, el anglo-normando se convirtió en el idioma oficial, y las Crónicas Anglosajonas, como norma general, cesaron.
Esta crónica es, además, una fuente de información importante sobre el idioma denominado «inglés medio» .
La primera continuación, por ejemplo, está escrita en idioma anglosajón propiamente dicho o inglés antiguo; la segunda, en cambio, comienza a mostrar formas mixtas, hasta su finalización, donde aparece una transición hacia una temprana forma de inglés medio.
Sin embargo, no dejó ninguna evidencia sobre la oposición sajona ni de la rebelión contra Guillermo y sus hijos.
También trata sobre escándalos eclesiásticos, como aquel en el que se vio inmerso el abad de Glastonbury al usar mercenarios para garantizarle el control sobre su congregación.
Como Bennett sugiere, Peterborough es el origen para la compasión del laicismo hallada en relatos contemporáneos.
La segunda continuación, la última, es excepcional debido a que fue creada por un solo autor, y en ella se relatan los acontecimientos ocurridos durante el período conocido como la "Anarquía inglesa".
Se ha especulado con la posibilidad de que esta segunda versión hubiese sido dictada (el lenguaje usado reflejaría una versión temprana del inglés medio, que los expertos colocan en una época posterior al rey Esteban y Matilde) o escrito como unas memorias por un único monje.
Enrique I murió en 1135 y tanto Esteban como Matilde aspiraban al trono.
Cuando Esteban capturó a los barones declarados en rebelión, los dejó libres con la condición única de jurarle fidelidad.
La economía finalmente se paralizó y era imposible conseguir ningún producto de primera necesidad.
Asimismo tratan más sobre la vida afuera de los monasterios que otras crónicas.
Los augurios y los presagios reciben cobertura, pero los cronistas rara vez debaten sobre las alianzas políticas (como el autor de la segunda continuación hizo al denunciar a aquellos obispos que se aliaron con Matilde) o la legalidad de algunos gobiernos monásticos (el autor de la primera continuación lo hizo al lamentar la elección del abad Enrique).
Cuando copian textos provenientes de Winchester, conservan la ortografía y la sintaxis del final del inglés antiguo y, cuando se refieren a eventos sobre los que no existían textos para copiar, el lenguaje cambia a una nueva forma.