[2] Tanto Répide como Peñasco y Cambronero sitúan en el ensanche de esta costanilla la imprenta del librero Enrique Rubiños, en la rinconada que forma el edificio vecino a la capilla del Obispo, con la fachada del que fuera palacio de los Vargas en el siglo XVI.
[3] Quizá al hilo de libros, libreros, ilustres palacios y humildes vecinos, Benito Pérez Galdós hizo protagonista de sus novelas —como a muchos otros rincones de su Madrid— a esta empinada costanilla,[nota 2][4] que ya en el siglo XI había subido en paseo triunfal al rey leonés Alfonso VI, tras rebasar el "portillo del Aguardiente".
[5] Ramón Gómez de la Serna, glosando la historia de la madrileña plaza de la Paja, confiesa su predilección por la tradicional denominación de ese espacio como "costanilla de San Andrés, por mejor nombre que el vulgarote de plaza de la Paja, (que) fue en su primera etapa cementerio de fundadores, y allí reposó San Isidro, que probó la tierra primera bajo su suelo".
[6] Como uno de los muchos teatros-salones que se abrieron en el Madrid de la segunda mitad del siglo XIX, el Teatro España se inauguró en 1874, con un proyecto de José Asensio Perdiguer.
[8] Fue destruido por un incendio antes de finalizar el siglo.