Corpus Christi en Madrid
[2] La procesión del Corpus Christi poseía en Madrid los dos protagonistas: la tarasca y la custodia.La celebración ha ido cobrando poco a poco fuerza desde que en 1482 la reina Isabel la Católica presidió la comitiva, cubierta la cabeza con una toca de velluda (una especie de terciopelo), pies descalzos y portando un cirio.[1] Años más tarde Carlos I participó igualmente en su procesión llevando una vara del palio.Prohibió que se vendieran a las puertas de las Iglesias los típicos buñuelos madrileños, así como las rosquillas y refrescos diversos.La fiesta se comenzaba a celebrar el día anterior cuando un sacristán hacía el recorrido de la procesión en la víspera.Al llegar la comitiva a la iglesia, se solía realizar un combate simulado entre los diablos y los ángeles.La tarasca no solo era esta figura sino también la mujer que iba delante de la comitiva.[3] Las referencias más antiguas de la tarasca corresponden a finales del siglo XVI.Junto a la tarasca procesionaban los gigantones (decorados con oro), la gigantilla, todos ellos muñecos de gran tamaño.Felipe V obligó a que estas representaciones se hicieran en los corrales de comedias.