Coronela de Barcelona

En los siglos XVI y XVII adquirió un papel fundamentalmente en la lucha contra bandoleros, herejes hugonotes y corsarios turcos, obligando a los catalanes a conservar las armas en sus casas e instruirse periódicamente en su manejo.

Una década después, 1554, la organización gremial se sistematizó mediante los quartos, las zonas urbanas en las que fue dividida la ciudad de Barcelona.

En 1684 se dio un nuevo paso cuando ante la nueva invasión francesa, el virrey tuvo que abandonar Barcelona con el ejército para la defensa de Gerona, solicitando a los consellers que armaran algunas compañías para guarnecer la ciudad en su ausencia.

En 1704 Felipe V ordenó la reorganización de su Real ejército: los tercios españoles perdieron su antaño temible nombre pasando a ser nombrados según la norma francesa, régiment (regimiento), y los maestres de campo que habían forjado el imperio español bajo la Casa de Austria, fueron bandeados para dar lugar a los llamados colonel (coronel).

En esa situación Felipe V tomó la iniciativa y tras recibir los refuerzos enviados por su abuelo Luis XIV de Francia, se lanzó al ataque dispuesto a recuperar Barcelona de un golpe antes que la rebelión se extendiera.

Los capitanes debían ser elegidos de entre la aristocracia catalana afiliada al Brazo militar de Cataluña, y una vez hecha la propuesta la presentaban al rey, quien le entregaba la patente oficial pertinente.

Dada la desigualdad de poder entre algunos gremios, algunos debían unir sus esfuerzos con otros para sufragar los gastos de una compañía; pero la rivalidad y competencia entre los gremios barceloneses producía tensiones, y en 1708 se reordenó la escala sumando 45 compañías.

Los diputados de la Generalidad, contrarios a la proclamación, dilataron la entrada en vigor legal del edicto tres días.

Los Comunes accedieron a sus condiciones, y al día siguiente fue oficializado el nombramiento.

Para mantener el orden público dentro de la Ciudad se levó la Compañía de la Quietud, y así mismo se levaron las compañías de voluntarios, formadas por barceloneses que no estaban a sueldo pero que servían voluntariamente con armas propias, sin patente oficial y sin uniforme.

Las Escuadras de Cuartos sirvieron como primer paso para la movilización total de los civiles; estos, quisieran o no, debían presentarse entre las 21:00 h y 22:00 h en el Cuarto que al que estaban asignados: la Catedral, el Pino, San Miguel, San Justo, Santa María, Marcús, San Pedro, y el Raval.

[33]​ En 1710 se produjo una segunda compra masiva de uniformes; a pesar de haber transcurrido cinco años de guerra, pudiéndose pensar que dicha circunstancia podría haber perjudicado a los gremios barceloneses, el hecho es que todos gastaron una suma mayor que en 1706 y demostraron poseer una potencia económica superior.

[20]​ Por lo que respecta a los tambores, para el uniforme de 1706 se aprovecharon los del antiguo Tercio de Barcelona; los tambores estaban bajo las órdenes del Tambor Mayor, y su cometido era el dar entrada y salida en el ritual del cambio de la guardia.

La defensa de la bandera para evitar que cayera en manos del enemigo suponía habitualmente una feroz lucha a muerte.

El teniente mariscal Antonio de Villarroel, desde que fuera nombrado comandante en jefe del ejército de Cataluña, había tenido plena autonomía militar y había planteado una estrategia defensiva conservadora que buscaba ganar tiempo, basándose en el principio que solo una ayuda externa podía liberar la ciudad.

El nuevo Conseller en Cap Rafael Casanova exigió a Villarroel que inmediatamente ordenara lanzar ataques continuos cada noche contra el cordón de bloqueo para desgastar a las tropas borbónicas.

El conseller en Cap Rafael Casanova se hizo con el control de casi todos los recursos políticos, deviniendo la máxima autoridad política de Cataluña, presionando y sugiriendo estrategias al alto mando militar.

La noche del 12 de agosto los minadores hicieron estallar mina situada bajo el bastión de la Puerta Nueva, que quedó parcialmente en ruinas, mientras los granaderos borbónicos se lanzaron al asalto.

Recuperado el enclave las tropas borbónicas lanzaron varias oleadas de gente fresca, pero ya abierto el día y reforzados con un batallón entero de la Coronela los ataquen fracasaron.

[47]​ Los combates fueron extremadamente violentos, y las compañías borbónicas que se lanzaron a pecho descubierto al asalto quedaron prácticamente exterminadas con 900 bajas.

La tensión fue extrema durante todo el día y, efectivamente, a las diez de la noche las tropas borbónicas lanzaron un nuevo asalto general.

En lo encarnizado de los combates y viendo la posición perdida, el conseller en Cap ordenó que otro batallón de la Coronela se lanzara al ataque, pero el general comandante Villarroel lo rechazó.

Ordenó que cesaran todos los ataques hasta que rompiera la luz del día, momento en el cual ordenó el asalto al bastión con solo unidades del ejército, destinando en vanguardia a los migueletes catalanes y los granaderos aragoneses del regimiento de desmontados de San Miguel.

Para completar el asalto Villarroel dispuso que varias piezas de artillería fueran traídas desde las murallas y apuntaran hacia el interior del bastión, ordenando que no fueran cargadas con balas sino con potes de metralla menuda para devastar a las tropas francesas que se agolpaban en el enclave.

[49]​ El 1 de septiembre, dada la disposición de las tropas borbónicas, y la carencia de munición y tropas para proseguir con la defensa, el general comandante Villarroel reunió a todo el estado mayor del ejército para intentar forzar a los políticos catalanes a que aceptaran una capitulación.

Estando todo el estado mayor, a excepción del general Basset, de acuerdo en la propuesta del general comandante Villarroel, este les pidió que pusieran por escrito su voto, para presentarlo a los políticos catalanes.

[53]​ La defensa fue obstinada y feroz, abatiendo a los asaltantes borbónicos antes de que estos consiguieran llegar hasta la muralla y obligando a lanzar varias oleadas de gente fresca.

[54]​ Ante la espantosa carnicería que estaban sufriendo las tropas francesas en el sector del Baluarte del Santa Clara, el teniente general Cilly ordenó al coronel Chateaufort que abandonase el ataque al reducto de Santa Eulalia y solicitó al mariscal Lechereine, del centro francés, que lo auxiliase con el grueso de sus tropas formado por los regimientos Normadie, Auvergne, y La Reine para asaltar la brecha contigua al baluarte del Portal de Llevant.

En ese ínterin les llegó la noticia que el comandante del sector de San Agustín, el coronel Pablo Tohar, siguiendo órdenes del herido teniente mariscal Villarroel, había hecho llamada a la capitulación.

Acto seguido ordenó a sus tropas que entraran en la ciudad de Barcelona.

Compilación de las constituciones catalanas pactadas con Fernando II de Aragón en las cortes de Cataluña de 1493, y publicada en 1494, que configuraron definitivamente el Usaje Princeps namque durante la Edad Moderna de Cataluña .
Pandolfo Reschi : Vista general del asedio de la ciudad de Barcelona por las tropas de Juan José de Austria . Las operaciones militares pusieron fin a la guerra, pactando el mantenimiento del ordenamiento constitucional catalán .
El Sitio de Barcelona (1697) puso fin definitivamente a la Guerra de los Nueve Años (1688-1697) pero dejó la simiente para el estallido de la siguiente guerra, la Guerra de Sucesión Española (1705-1714)
«Clamores de Barcelona al tiránico gobierno de Velasco» (1705).
La política de detenciones indiscriminadas lanzada por el virrey Velasco en Barcelona tras la fracasada intentona inglesa de 1704, agravada por la detención del enviado Pablo Ignacio Dalmases en Madrid, provocaron un cambio y radicalización de la opinión pública catalana en contra de Felipe V .
El romance En Elogio de la Insigne, y Valerosa Coronela de la excelentissima ciudad de Barcelona, y demás defensores de dicha plaça publicado en 1714 durante el sitio borbónico final no escatima en elogios a la glorificación del Conseller en Cap Rafael Casanova ...

« Tal valor les infunde al pecho noble,
aquel Numen Marcial, Deidad armada,
su Coronel Magnanimo, Guerrero,
Empleo ilustre de la eterna fama.»
«Aquel mas, que Alexandro poderoso,
Cesar , ora en la Pluma, ora en las Armas,
en las Juntas por su prudencia Jano ,
y poderoso Marte en la campaña.
»


... e instando al martirio de la Coronela:

« Perseverad: que vuestros nobles brios
admiracion à todo el Orbe causan.»
«No temais al morir: que ganais tanto,
rindiendo vuestra vida por la Patria,
Que quantas bocas hazen las heridas,
tantas en vuestro honor abre la fama.»
«Quedarán vuestros nombres entallados
de eterno bronze en duraderas Planchas,
y la Posteridad con relevante
culto venerarà vuestras hazañas.»
«De la Imortalidad ireis al seno
victoriosos, volando entre las alas
de eterna Fama, que yà con mil Trompas
và publicando vuestras alabanças.
»
Monumento a los caídos.
Pevetero de la llama eterna erigido sobre el Fossar de les Moreres , la fosa común de la basílica de Santa María del Mar donde fueron enterrados los muertos de 1713-1714 en defensa de las Libertades y Constituciones de Cataluña.
Bando de movilización de las Escuadras de Cuartos del 1 de agosto de 1713. Las Escuadras de Cuartos se concibieron para encuadrar a los civiles inhábiles para el servicio de armas pero capacitados para servir como fuerza de trabajo, desescombro y reconstrucción en caso de bombardeo.
Bando de reorganización de las Escuadras de Cuartos en septiembre de 1713. A finales del asedio, en 1714 y dadas la bajas entre las tropas de la Coronela de Barcelona, el conseller en Cap Rafael Casanova ordenó que los Batallones de Cuartos fueran agregados a la Coronela.
Rafael Casanova, conseller en Cap , coronel y gobernador. (Firma realizada el 10 de agosto de 1714). [ 29 ]
Recreación histórica de la 1ª compañía del VI Batallón de la Coronela de Barcelona bajo las órdenes de José de Lanuza , en la sede del «Memorial 1714» en el Fossar de les Moreres ( Barcelona ) perteneciente a la « Asociación de Recreación Histórica la Coronela de Barcelona »
Recreación histórica de un Tambor de la Coronela de Barcelona en 1714.
Asociación de Recreación Histórica la Coronela de Barcelona »).
Gaspar Ferran, miliciano de la Coronela de Barcelona en la compañía del gremio de los plateros, en 1707, con el mayoritario uniforme militar azul - grana .
Recreación histórica de la bendición de las banderas de la Coronela de Barcelona en el Fossar de les Moreres
Propaganda publicada por los consellers de Barcelona en agosto de 1714 invocando a Santa Eulalia para animar al martirio final.
« Nuestra invicta Nación Catalana [..] A librar la Tierra, a gloriar la Patria, SANTA EULALIA a ellos, a ellos SANTA EULALIA ! »
El fracasado asalto general sobre Barcelona del 12 de agosto de 1714.
En primer plano el bastión de Santa Clara y la torre de San Juan, y a la derecha, el bastión de la Puerta Nueva en el momento de estallar la mina, siendo asaltado por los granaderos borbónicos.
Propaganda publicada por los consellers de Barcelona en agosto de 1714 alabando a la Coronela para que luchara hasta el fin.
« Invicta Coronela, que oy se deve à tu espada, el no verse triunfante, la Nación Castellana. »
La última defensa de Barcelona el 11 de septiembre de 1714.
A la izquierda, detalle del bastión de Santa Clara, con la torre de San Juan totalmente ruinosa, y contiguo, el avance de las tropas francesas del mariscal Guerchois y del brigadier Reves por la brecha central.
«Salvadores de la Patria».
Los próceres catalanes de la facción radical que se alzaron con el poder en la Junta de Brazos, y que llevaron a Cataluña a la catástrofe total de 1713-1714 declarando la continuación de la guerra, la «gloriosa resolución» la llamaban ellos, se arrogaron para sí mismos el título de Pater Patriae «Padres de la Patria». En esta carta del 10 de abril de 1714 los diputados de la Generalidad de Cataluña instaban a continuar la guerra «no solo en defensa de la justa causa del rey nuestro señor (que Dios guarde) sino y también, para conseguir la amada Libertad». [ 56 ]
Grabado austríaco denunciando la quema de banderas.
« Eroberung von Barcelona 1714. Die Standarten und Fahnen welche der Duc de Berwick nach Madrid gesendet, schickte Philip V wieder zurück, mit dem Beyfügen, daß er keine Fahne rebbelischer Unterthanen erkenne, worauf sie öffentlich durch den Hencker zu Barcellona verbrannt worden »
[La caída de Barcelona 1714. Los estandartes y banderas, las cuales el duque de Berwick había enviado a Madrid, fueron por Felipe V de nuevo retornadas, con la sentencia que el no reconocía a ninguna bandera rebelde, y que además fuesen quemadas públicamente por el verdugo de Barcelona].