Los grupos nitro (procedentes del ácido nítrico) servían como una fuente interna de oxígeno, y la celulosa, al calentarse, se oxidó por completo en un instante.
No fue hasta 1891 cuando Dewar y el químico inglés Frederick Augustus Abel (1827-1902) consiguieron preparar una mezcla segura a base de algodón pólvora.
Debido a que la mezcla podía prensarse en largas cuerdas, se denominó cordita.
Además también se halla compuesta por un 0,8 % de acetona, la cual es imprescindible para realizar la mezcla.
Todos los productos generados en la reacción son gases invisibles, excepto el vapor de agua cuando se condensa.