Pólvora sin humo

La pólvora negra deja un espeso y duro residuo que es higroscópico y causa la corrosión del cañón, mientras que la pólvora sin humo no presenta ninguna de estas propiedades.

La pólvora sin humo permitió el desarrollo de armas de fuego automáticas y semiautomáticas, con muchas piezas en movimiento: con la pesada pólvora negra, se atascaría o ensuciaría.

Por tanto, su uso normal está más relacionado con la deflagración que con la detonación.

Esta Pólvora B fue el primer tipo de pólvora sin humo, pronto seguido por otras de similares características: Por todo esto, a finales del siglo XIX se hicieron innumerables ensayos con distintos tipos de propelentes hasta llegar a lo que conocemos hoy por pólvora sin humo, y ya en la última década de ese siglo aparecieron los primeros cartuchos militares con este tipo de propelentes: el 8 mm Lebel, el .30-40 Krag, el .30-03, etc.

Las formulaciones de los propelentes pueden contener varios componentes energéticos y auxiliares:

Pólvora sin humo
Ejemplos de pólvoras para munición