Coordenadas horizontales

Sea C el centro común de las esferas terrestre y celeste (figura 1).

La rotación de la Tierra hace que la esfera celeste se mueva aparentemente en torno a dicho eje.

Según los casos se requerirán las correcciones oportunas, para transformar estas medidas en coordenadas geocéntricas.

Imaginemos ahora a la Tierra reducida al punto C en el centro de la esfera celeste (figura 2) La vertical ZZ' es una línea y determina infinitos planos perpendiculares al del horizonte.

Cada uno de esos planos corta a la esfera celeste en los círculos verticales, o simplemente los verticales que pasan siempre por el cenit y el nadir.

Ese criterio referido al sur es el que se empleaba antiguamente en astronomía, ahora según define la Unión Astronómica Internacional, se toma como referencia el Norte en sentido NESW [1]​ La altura y el acimut son las coordenadas horizontales de X. Téngase bien presente que altura es un ángulo o un arco, y no una distancia lineal.

La distancia angular del polo al horizonte es la altura del polo, ángulo PCN para el Hemisferio Norte, y P'CS para el Hemisferio Sur, es la latitud, que se denota con

—letra griega phi, léase fí— del lugar dónde se encuentra el observador O.

Todas aquellas estrellas cuya distancia al polo sea menor o igual que dicha latitud no están nunca debajo del horizonte, de modo que no se ponen: son las estrellas circumpolares para O.

La altura h de un astro se ha de medir respecto al horizonte astronómico del observador, pero este la toma desde su horizonte aparente, en el punto O, y lo que realmente obtiene es la altura aparente del astro.

Surge el fenómeno de la paralaje (Figura 3) Desde O el astro B se ve en N, mientras que desde C se vería en T, más alto que N. La estrella cambia de posición según la dirección del observador.

Paralaje diurna es el ángulo formado por las direcciones topocéntrica y geocéntrica de un astro.

La paralaje diurna disminuye con la elevación sobre el horizonte, y con la distancia del objeto observado: Las distancias en el espacio son inmensamente grandes, y por eso las paralajes diurnas son despreciables en la mayoría de los casos.

En distancias muy pequeñas como las del sistema solar, son de consideración, pero nada más.

Figura 1. El horizonte astronómico de un observador sobre la superficie de la Tierra, en el punto O, es el círculo máximo SWNE. En esta imagen hay que hacer una ligera corrección el observador se encuentra en el plano de dicho horizonte. No obstante el tamaño de la Tierra es tan pequeño comparado con el universo que excepto para objetos muy cercanos como la Luna y los planetas, la corrección es pequeña.
Figura 1. El horizonte astronómico de un observador sobre la superficie de la Tierra, en el punto O, es el círculo máximo SWNE. En esta imagen hay que hacer una ligera corrección el observador se encuentra en el plano de dicho horizonte. No obstante el tamaño de la Tierra es tan pequeño comparado con el universo que excepto para objetos muy cercanos como la Luna y los planetas , la corrección es pequeña.
Figura 3. Las paralajes horizontal y diurna o de altura vienen determinadas porque el observador se encuentra en el horizonte aparente y no en el horizonte astronómico. Así, a él le parece que B' está más alto que B, cuando realmente están a la misma altura, pues comparten la dirección geocéntrica CT.
Figura 3. Las paralajes horizontal y diurna o de altura vienen determinadas porque el observador se encuentra en el horizonte aparente y no en el horizonte astronómico. Así, a él le parece que B' está más alto que B, cuando realmente están a la misma altura, pues comparten la dirección geocéntrica CT.
Figura 4. La refracción hace que la altura aparente de un astro sea superior a la altura real. Así el Sol bajo el horizonte, en S, se ve en S', sobre el horizonte
Figura 4. La refracción hace que la altura aparente de un astro sea superior a la altura real. Así el Sol bajo el horizonte, en S, se ve en S', sobre el horizonte