Debido a los ensañamientos y excesos contra la población campesina, se habían formado guerrillas en todo el departamento de Junín.
Así pues, el cura Buenaventura Mendoza formó una montonera con los pobladores de Huaripampa, que hostigó al ejército chileno en camino al pueblo.
El cura Buenaventura Mendoza y los pobladores tomaron las lanzas y las pocas armas de fuego que tenían, a fin de enfrentarse a los chilenos.
Mendoza perdió la vida en el enfrentamiento, junto a muchos de los guerrilleros.
Desearon incendiar la iglesia (donde se habían refugiado muchos campesinos), pero no lo hicieron pues, de acuerdo a la tradición, estaba consagrada a San Santiago, patrón de la capital chilena.