Colegio-Convento de Santo Tomás (Alcalá de Henares)
[5] Como la iglesia y el colegio ocupaban toda la superficie del solar tuvieron que ampliar la propiedad para formar huerta; en este mismo año compraron a Isabel de la Torre el llamado “patio de la cruz” que lindaba con su propiedad y estaba situado en la manzana 13.En 1605 adquirieron del Colegio Mayor unas casas en la misma manzana, donde vivió Diego de Bustamante, por 450 ducados y unos meses después otras tres casas con entrada por la calle que iba a la puerta Nueva.Dado que esta calle era la principal, consideraron como fachada el muro lateral y no el testero situado a los pies, de modo que organizaron su parámetro dividiéndolo en tres zonas perfectamente definidas.Las laterales como una retícula de rectángulos y cuadrados rehundidos, formada con bandas de ladrillo que se prolongan por los muros del cimborrio que cobija la cúpula; y la central, lisa, en cuyo eje se dispuso la portada con templete y ventana, la misma composición de las fachadas rectangulares pero sin el remate del frontón.Ante dicha portada se dispuso una pequeña lonja, para confirmar definitivamente como fachada principal el muro lateral del templo, y establecer un nexo de unión entre la iglesia y la calle de los Colegios.En la planta baja, los corredores estaban divididos por arcos fajones, en tramos cuadrados cubiertos con bóvedas de aristas; y en la superior, con vigas y bovedillas volteando en las esquinas arcos entibos para arriostrar los muros.Las dependencias conventuales se instalaron en el cuarto oeste, donde se abría la portada principal y corría paralelo a la calle de Santo Tomás y en el cuarto sur, que daba a la huerta.El cuarto este no se construyó porque no había sitio; y en el cuarto norte, que arrimaba con la iglesia, dispusieron la sacristía y una gran escalera imperial que enlazaba las dos plantas.El plano de la escalera estaba formado por tres arcos de medio punto que se corresponden con las arquerías y los tramos del corredor y, a su vez, con los tres tiros que constituyen la escalera.Del arco central arrancaba el primer tramo que desembocaba en una meseta rectangular desde donde partían los dos tiros paralelos, asentados sobre bóvedas de cañón inclinadas, que accedían al corredor superior.Al igual que en la sacristía, los lunetos eran los que contribuían con sus líneas curvas y su concavidad a suprimir la uniformidad de las superficies desnudas, sin alterar por ello la escueta funcionalidad de las cubiertas.
Capilla del colegio-convento.
Perspectiva del claustro después de su remodelación.