Fue su época de mayor esplendor, cuando tenía tierras que llegaban hasta Frisia, el río Mosela y el Rin.
Su carácter se afirma en la elección de la planta basílical con dos coros, una tipología arquitectónica desarrollada por los carolingios inspirándose a la vez en Roma y en Bizancio.
El campanario fue luego reemplazado por una torre octogonal de estilo románico tardío, tal como podría haber coronado un antecuerpo antes del siglo XII.
Las principales regentes y personas relacionadas con la colegiata han sido: Iniciada en tiempos otonianos hacia 992, la iglesia fue dedicada en 1046.
[2] La iglesia tiene una gran cabecera plana prolongada por un ábside semicircular que, aunque de proporciones significativas, parece pequeño en comparación.
El nicho central, más grande que los otros, alberga un bajorrelieve representando a San Pedro sentado.
[2] Este macizo occidental, que confiere a la colegiata Santa Gertrudis su silueta típica, está edificado en piedra labrada con aparejo irregular y está compuesto por cuatro elementos: El macizo barlong (barlongo, es decir, «alargado transversalmente») presenta cinco niveles de alturas desiguales, separados por poderosos cordones de piedra.
[2] Este ábside occidental se adosa al macizo barlong para terminar bellamente la iglesia en el oeste.
Los últimos componentes de la fachada oeste son las dos altas torretas que flanquean el macizo barlongo al norte y el sur.