Clase Furor

Eran unos buques muy sobrios, esbeltos y elegantes, cuyas líneas ya dejaban intuir su gran arma, la velocidad (28 nudos), con la que eran capaces de dar caza a cualquier lancha torpedera de la época.

Comenzadas las acciones bélicas contra la bahía de Santiago de Cuba los norteamericanos, planearon encerrar a los buques españoles y esperar un desenlace favorable en los combates terrestres, que permitiese capturar intacta toda la escuadra española, la noche del 2 al 3 de junio, se intentó bloquear la entrada a la bahía de Santiago hundiendo en ella el viejo buque carbonero Merrimack, que fue avistado por el Reina Mercedes y el Plutón, que lograron hundirlo antes de que bloquease el canal.

En las instrucciones enviadas al almirante Cámara el 27 de mayo, se proponía que la escuadra partiera hacia Las Palmas, dividiéndose allí en tres divisiones.

Por su corta autonomía, esta división no haría más que una finta, navegando diez o doce días, antes de volver a aguas metropolitanas, donde quedaría a la defensiva, junto con el crucero protegido Alfonso XIII, torpederos, cañoneros y algunas otras unidades.

Finalmente este plan quedaría desechado debido a las presiones británicas, que, so pretexto de evitar que el conflicto se extendiese a todo el Atlántico, cubrían así las espaldas de sus antiguos súbditos americanos.

Vista del Osado en torno al año 1920.