Fue la primera carrera importante en correrse sobre un recorrido cerrado, en vez de entre dos ciudades.
El nombre se utilizó posteriormente para un rally que formaba parte de los campeonatos nacionales holandés y belga.
Contrariamente a lo que podría temerse, la carrera produjo pocos accidentes, siendo el más grave el sufrido por Jenatzy tras un reventón, que milagrosamente se saldó con tan solo algunas abrasiones.
El ganador, en la categoría "coches pesados", fue el británico Jarrott, que a bordo de su Panhard & Levassor, terminó la prueba (512 km en total) en 5 horas.
La interrupción forzada de la desastrosa carrera París-Madrid, un mes antes, hizo aumentar el interés en el circuito, cuya ruta era idéntica a la de la primera edición.