A finales del siglo XIX se organizaron las primeras carreras automovilísticas teniendo Francia como epicentro.
La primera carrera fue la París-Rouen en 1894, seguida de la París-Burdeos, entre otras.
Los concursantes que así lo desearon, pudieron completar el recorrido hasta Madrid, pero fuera de competición.
En el punto de partida se agruparon 315 vehículos, entre los que figuraban 127 automóviles, 23 voiturettes y 47 motocicletas.
Los vehículos estaban agrupados en categorías según el peso:[3] De los más de 300 vehículos que tomaron la salida, solo 99 cruzaron la meta en Burdeos.