Chevrolet Opala

Las opciones barajadas iban desde los estadounidenses Chevrolet Impala y Nova hasta los modelos más económicos de la Opel alemana, como el Kadett, el Olimpia o el Rekord, que llegaron al país importados en pequeñas cantidades.

Precisamente la cuestión quedó entre el Kadett y el Rekord, volcándose definitivamente la GMB a este segundo modelo.

Su campaña publicitaria incluía personalidades como la actriz Tonia Carrero, el cantante Jair Rodrigues y el futbolista Rivelino, quienes rechazaban ser llevados por otros conductores alegando: “Meu carro vem aí” (Ahí viene mi auto).

En cuanto a su comodidad interior el primer Opala era un automóvil con capacidad para llevar 6 pasajeros, los cuales iban distribuidos en dos filas de asientos enterizos, una adelante y la otra atrás, por lo que no había espacio entre el conductor y el acompañante para albergar una posible palanca de cambios al piso.

En julio de 1970 hace su aparición el nuevo Chevrolet Opala SS, un coche con alto espíritu deportivo.

Por fuera los automóviles venían decorados con franjas negras que recorrían el capó, el techo y el baúl.

En 1971 la nueva gama traía un rediseño en su parrilla incluyendo además un diferencial más largo en los modelos con motor de 4 cilindros.

También en ese año eran ofrecidas las versiones Gran Luxo (sedán o cupé) con techo de vinilo blanco.

En ese mismo año una novedad que se hacía presente en el mercado era la nueva Caravan, la versión familiar del Opala que tenía el mismo diseño de la familiar del Opel Rekord, pero solo tenía opción de 3 puertas (conductor, acompañante y maletero).

Este familiar estaba planeado para ser presentado en 1969, pero fue continuamente postergado debido a que la GM tenía centrados sus esfuerzos en la línea del Chevette.

En el Comodoro coupé aparecía el techo tipo “Las Vegas”, con la parte posterior revestida en vinilo y caja de cambios automática con palanca al piso.

También en ese año fue lanzado el nuevo Opala SS, la versión más radical del modelo en conceptos deportivos.

Esta situación hizo poner punto final a la producción del Maverick en 1979, allanándole el camino al Opala en su segmento.

Sin embargo este reinado pronto se vería amenazado por una nueva corriente moderna encabezada precisamente por Ford y su nuevo modelo Ford Del Rëy, un coche de medidas y prestaciones menores al Opala, pero con todo un equipamiento de lujo para sus compradores.

El coche también recibió un nuevo rediseño fuerte en su frente y trasera, pasando a llevar grandes faros rectangulares, luces de dirección envolventes y paragolpes más grandes, con una faja central negra en lugar de cromada.

Respondiendo a las exigencias del mercado, el nuevo Opala adoptaba neumáticos radiales de 175/80-14 o 195/80-14 según las versiones.

Como opcional, figuraban el techo de vinilo, neumáticos radiales, caja automática y el motor 250-S.

La misma ofrecía al Opala pintado en colores azul o verde metalizados pero con acabados simples.

El tanque pasaba a ocupar más espacio reduciendo la capacidad de carga del maletero.

En 1984 hizo su aparición el modelo con motor de 4.1 litros movido a alcohol, el cual fue ofrecido hasta 1990.

Su aparición significó un verdadero éxito para la General Motors, tal es así que el coche se mantuvo al tope de las ventas entre 1984 y 1986.

En ese año los Opalas comenzaban a estrenar nuevos faros trapezoidales en el frente, y luces traseras más grandes.

Sin embargo en ese año los rumores de un posible reemplazo del Opala se tornaban cada vez más frecuentes luego de un sondeo realizado por la General Motors, que arrojó como resultados una alta aceptación para los nóveles modelos Omega y Senator, presentados por la Opel alemana en 1986 y 1987 respectivamente.

Esta dirección con control electrónico nunca más fue utilizada en automóviles pero si en las pickups Chevrolet D-20 y Silverado.

En este caso fueron dos los modelos que indistintamente se llevaron el título de ser la unidad un millón: Un Diplomata con caja automática y una Caravan destinada para su uso como ambulancia.

Sin embargo para darle un verdadero marco de despedida al Opala, fue lanzada la serie especial Diplomata Collectors.

Dejó tantos recuerdos y alegrías que su carisma no fue igualado por ningún otro automóvil, ni siquiera por su sucesor, el también popular Chevrolet Omega.

En dicho torneo tomaban partido el Opala frente a su eterno rival, el Ford Maverick y los Dodge Dart.

Sin embargo, en Argentina la producción de la Chevy solo resistió 9 años (debido al cierre de GM Argentina en 1978), mientras que el Opala se mantuvo vigente en su país durante 23 años desde 1969 hasta 1992, llegando a recibir un motor impulsado a alcohol.

Más de uno ha comentado que la dictadura militar era representada en las calles por los Chevrolet Opala con vidrios polarizados (oscuros).

Opala Coupé 1978
Opala Caravan 1979
1990 Chevrolet Opala 4.1 Diplomata SE
Chevrolet Opala Caravan 1987
Chevrolet Comodoro
Chevrolet Opala 1988 de Ingo Hoffmann.
Chevrolet Opala 1992 de Wilson Fittipaldi Jr.
Motor 250 usado en los Chevrolet Opala y Chevy.