De entre sus miembros pronto empezó a hacerse conocido Felipe Sandoval, alias «Doctor Muñiz».
Sin embargo, el CPIP pronto empezó a dejar de ser un organismo fiable para las autoridades republicanas, dado que en muchas ocasiones actuaban por su cuenta y realizaban detenciones o ejecuciones extrajudiciales, o no obedecían las órdenes superiores.
[8] La represión contra supuestos quintacolumnistas alcanzó una considerable magnitud e incluyó además múltiples sacas de presos.
[13] Paul Preston reconoce que «se produjo un lapso considerable entre el anuncio del decreto y su implementación efectiva.
Así, «muchos antiguos miembros de los grupos que integraban el CPIP pasaron a ser policías».