Chaparral es el nombre que reciben varias comunidades ecológicas de especies leñosas de pequeño porte, caracterizadas por especies pertenecientes a las quercíneas, los brezales, juniperus, ramnáceas, proteáceas, bulbosas, arecáceas y otras.
Más o menos equivale a la garriga del oeste del Mediterráneo: espinales, matorral, matorral laurifolio, encinar, maquis, maquia, shrubland, fynbos... pero las especies y la biodiversidad son diferentes.
La ecorregión está siempre bajo clima templado mediterráneo presente en estas zonas, que se caracteriza por inviernos lluviosos y veranos secos.
Cuando aumenta la aridez el chaparral se convierte en otra comunidad de plantas, llamada por ejemplo en U.S.A.
Hay dos hipótesis relativas al régimen del fuego en el chaparral: La perspectiva que los chaparrales antiguos son improductivos pudo haberse originado en 1940, cuando se condujeron estudios para medir la cantidad de forraje disponible a las poblaciones de ciervos.
[7][8][9] La idea que los chaparrales más viejos son responsables de causar devastadoras quemas fue originalmente propuesta en los 1980s al comparar quemas en Baja California y el sur de California.
En el pasado, las quemas superficiales mataban los retoños en intervalos entre 4 a 36 años, clareando y creando un sistema ecológicamente más equilibrado.
Sin embargo, el chaparral tiene un régimen de fuego que consume al sistema entero.
[10] Además, el número de fuegos se incrementa en etapas en función del crecimiento poblacional.
además, la madurez de la población del chaparral no tiene una correlación significativa con su tendencia a la quema.