Cerro de los locos

[1]​ En 1923, la revista Mundo Gráfico nombró por primera vez este mismo lugar como ‘Cerro de los locos’ por la variedad de personajes que entrenaban en estos terrenos, incluso se mencionaba que practicaban el nudismo.

Más tarde, durante los años del franquismo, en los que no había derecho de reunión, resultó un sitio más o menos seguro en el que poder tener reuniones clandestinas.

[3]​ Ya en los años 80, en lo más alto del cerro se instaló un transformador eléctrico sobre una gran peana de hormigón en cuyas paredes se podía jugar a pelota vasca y al frontón.

[4]​ Desde entonces, sigue siendo usado por pelotaris pero, en vez del transformador, hay antenas de telefonía.

[5]​ Una de las personas habituales del ‘Cerro de los locos’ es Ángel Vázquez Sarti, conocido también como Ángelo, El Titiritero o El Rubio, por sus actividades artísticas, vecinales o jardineras.