Fue elegido presidente Frederic Soler y secretario Valentín Almirall convirtiéndose en el dirigente principal.
Valentín Almirall procuró que se olvidara la actitud política inicial y consiguió que el Centre Català organizara el Segundo Congreso Catalanista (1883), donde fue condenada la intervención de los catalanes en partidos de ámbito estatal.
En 1885 ingresaron los conservadores carlistas Eusebi Güell i Bacigalupi y Ferran Alsina, procedentes del Centre Escolar Catalanista, debilitando el liderazgo de Almirall.
La unión de grupos políticos y sociales tan heterogéneos no se pudo mantener demasiado tiempo.
Los elementos socialmente más conservadores, como Joan Josep Permanyer, Àngel Guimerà o Lluís Domènech i Montaner, abandonaron el partido, fundando la Lliga de Catalunya en 1887.