La carga base[1] en una red eléctrica es el nivel mínimo de demanda durante un período, por ejemplo una semana.
Por otra parte también se satisface con la reserva operativa, la respuesta a la demanda y el almacenamiento de energía.
Aunque históricamente las grandes redes eléctricas han utilizado centrales de potencia invariable para satisfacer la carga base, esto no es un requisito técnico.
Los operadores del sistema eléctrico también pueden decidir desconectar una central de la red cuando su energía no es necesaria.
[16] Si por el contrario hay un monopolio o cuasimonopolio en generación, la empresa que lo posea, normalmente pública, decidirá en cada momento qué centrales utiliza sin necesidad de solicitar ofertas, habitualmente basándose en cuestiones de disponibilidad, costes históricos o distribución geográfica (activando preferentemente los generadores más cercanos a la demanda, para reducir las pérdidas en la red).
Se minimiza así la utilización de las centrales de ciclo combinado, más caras, a la vez que se les deja espacio para que, en momentos determinados, incrementen o reduzcan su producción para casar fluctuaciones rápidas del consumo.
Son inútiles como respaldo para la red descentralizada del futuro, en la que las energías eólica, solar, hidroeléctrica y otras renovables dominarán el suministro de electricidad.».