Cementerio de Alicante

Actualmente tiene una superficie total de 223 674 m², si bien está prevista una ampliación que supondrá duplicar su extensión.

La construcción del cementerio comenzó en 1918 en la zona de La Florida según el proyecto del arquitecto municipal Francisco Fajardo Guardiola.

[3]​ En una de las principales, se encuentran cuatro fosas reservadas a alicantinos ilustres, de las que tres están ocupadas, una por el poeta Miguel Hernández, otra por el almirante Julio Guillén Tato y la otra por el pintor Gastón Castelló.

[3]​ Su entrada en pleno servicio tuvo lugar en el año 1925, aunque la epidemia de gripe del año 1918, conocida como gripe española, hizo que se habilitara una fosa común en el cementerio pese a no haber sido inaugurado.

[2]​ Acabada la Guerra Civil fue lugar de fusilamientos,[2]​ albergando en diversas fosas comunes los restos de casi seiscientas víctimas —entre las que figuran alcaldes, jueces, gobernadores y numerosos jornaleros, maestros, militares y estudiantes— de la represión franquista entre 1939 y 1945, la mayoría asesinadas en los muros del cuartel de Rabasa.