Originariamente estuvo dedicada a Jesús Nazareno pero es conocida popularmente como catedral de Santa María.
[1] Se halla en el lugar más elevado del cerro sobre el que se asentó la primitiva ciudad de Huesca, y constituye, con el edificio del Ayuntamiento, el centro histórico de la ciudad.
El diseño inicial proponía una construcción de tres naves, con cinco capillas en la cabecera y transepto.
Entre 1297 y 1304 se construyeron las naves laterales y las capillas en ellas integradas, cuatro en cada nave, que se entregaron a particulares "a cambio de una fuerte suma, para que las convirtieran en panteones familiares".
[6] Entre la segunda mitad del siglo XIV y la primera del XV, gracias al impulso de Benedicto XIII, el Papa Luna, se levantó la torre y se inició la construcción de un claustro gótico para sustituir al antiguo románico, aunque solamente se llegó a acabar la galería sur.
[7] En el centro del tímpano se halla una talla de la virgen María con el Niño Jesús, entre dos ángeles turiferarios.