Martin López de Azlor

En un primer momento fue elegido por los cabildos de Huesca, donde era canónigo, y Jaca para suceder a Jaime Sarroca en el 1290 pero la decisión se encontró con la protesta de Pedro del Rey, quien era sacristán de Lérida al igual que canónigo en Huesca, por lo que su elección terminó siendo invalidada por el papa Nicolás IV, quien eligió a Ademar, el provincial de la Orden de los Predicadores en la Corona de Aragón.

Esto causó un conflicto con el cabildo, que llegó a privar a los capitulares de sus bienes, pero que fue apaciguado en tres meses por el obispo electo y que no volvería a causar más problemas durante el resto de su obispado.

[1]​ Cuando fue elegido obispo se encontró con dos problemas, la secularización de la catedral y reorganizar el cabildo, el primer problema se resolvió mediante una bula papal de Bonifacio VIII el 31 de enero de 1302, mientras que para la reorganización del cabildo realizó varios capítulos generales donde fijó el número de canónigos en veinte y las dignidades en nueve, que sólo podrían recaer en oscenses, siendo esta medida una reacción al aumento de catalanes en el cabildo tras el obispado de Sarroca.

Como otros obispos oscenses desde el siglo XII, protestó por la posesión navarra del arcedianato de la Valldonsella, que incluía las comarcas de Biel, Luesia y Uncastillo, aunque no consiguió revertir la situación.

Durante su obispado participó a menudo dentro de los distintos esfuerzos diplomáticos aragoneses, como fue la firma de la sentencia arbitral de Torrellas donde acompañó al entonces obispo de Zaragoza o la inclusión del brazo eclesiástico dentro de las Cortes de Aragón, que hasta entonces sólo contaban con tres, nobles, infanzones y las Universidades, asistiendo a la primera con este cambio en Zaragoza en 1301 y a las siguientes en Daroca.