Catalina de Castilla
[2] Como heredera al Trono y para legitimar «la unión dinástica entre las ramas Trastámara y petrista» [2], fue jurada en la imperial ciudad de Toledo a principios de febrero de 1423 Princesa de Asturias,[3] título que ostentó hasta su prematura muerte.La recién nacida infanta debía ir a aquella ciudad para ser reconocida y jurada como princesa heredera de la Corona.Juan II ordenó, entonces, que las Cortes se reunieran en Toledo, pero, debido a una epidemia de peste, el rey no pudo llamar a los procuradores.[6] Por ello, partieron distintos caballeros en cuyas manos los representantes de las ciudades debían prestar el juramento que no pudieron realizar a la princesa en persona.[7] La Crónica de los Reyes de Castilla describe el acto celebrado en una sala del Alcázar en enero de 1423, de la siguiente forma:[8] Para festejar estos acontecimientos, se celebraron un torneo y varias justas en unos festejos que se alargaron una semana.