Castro de San Cibrao de Las

Del resultado de los estudios arqueológicos se puede observar un periodo de ocupación continuada que abarca desde el siglo II a. C. hasta el siglo II, y con posibles ocupaciones esporádicas más tardías.

El monte San Trocado impide el contacto visual directo del río Miño desde el castro.

La impresión extraída de la observación en esta visita les condujo a solicitar los correspondientes permisos para realizar una excavación oficial.

Estos trabajos continuaron hasta el año 1925 y se centraron en la zona sureste del castro.

El paralelismo con estos poblados también se extiende al trazado casi ortogonal de su ordenación urbana, sistema considerado producto evolutivo producido por la influencia del proceso romanizador.

[4]​ Dos son los recintos amurallados, el exterior, reforzado con una tercera muralla con su foso y un parapeto (en el lado oeste) a excepción del lado este, que es más pronunciado: La acrópolis está delimitada por una muralla conformada por material granítico de la zona, contando con un espesor medio de 3 m. En su parte superior podría haber existido un paseo de ronda enlosado.

El segundo recinto o anteacrópolis está delimitado en casi su totalidad (a excepción del sureste y del levante) por dos murallas con sus respectivos fosos excavados, y reforzadas en algunas zonas con un parapeto exterior.

La puerta exterior sur se asienta sobre la piedra granítica y conserva el testimonio del rodaje de los carros.

La flanquean dos torreones adelantados en los que no se aprecian cuerpos de guardia.

Tanto el sector este (en proceso de excavación) como en el oeste se aprecia una organización espacial en la distribución de las construcciones, conformada por calles perimetrales, algunas con pavimento enlosado, y que discurren a la muralla por su parte interior, y transversales o radiales, distribuyendo las edificaciones en una ordenación ortogonal adaptados al terreno.

En la zona oeste predominan las construcciones de planta rectangular o angular frente a las circulares, que son minoritarias.

A los lados de las calles se disponían las construcciones, articuladas en bastantes ocasiones en torno a un espacio, un patio al que se abren distintas construcciones, configurando una estructura conocida como "casas patio".

Una calle transversal principal progresa hacia el recinto central desde la puerta del oeste.

Estos trabajos están descubriendo un sistema de construcciones con una organización espacial similar a la ya observada en el lado oeste.

En la zona sur de esta grande anteacroplis, se encuentra el conjunto conocido como Barrio Cuevillas,[9]​ en homenaje a su descubridor.

Presenta planta rectangular con un lado menor en forma de ábside, y se cree que originalmente debió estar cubierta por una falsa bóveda.

Junto a este uso también se constató la existencia de amplias zonas de arbolado, principalmente robles cuyas bellotas fueron aprovechadas por los habitantes del pobolado, y con las que harían una harina panificable.

Los restos cerámicos son los elementos más abundantes de los encontrados en el yacimiento, como por otra parte suele ser común en los poblados castreños.

El Monte de San Trocado, visto desde el castro.
Calle transversal principal enlosada de subida a la puerta este de la acrópolis del castro.
Puerta principal de la anteacrópolis y torreones circulares situados al este.
Escalera de acceso a la muralla de la acrópolis. En la muralla se puede observar el sistema de colocación poligonal de los cachotes (e incluso en forma de espina de pescado ) característico de los castros y los vestigios de las reconstrucciones.
Murallas exteriores del sur y foso que lleva hacia la puerta sur.
Construcciones de la zona oeste de la anteacrópolis.
Estructuras de una casa patio con la construcción ovalada como eje vertebrador, en la zona este de la anteacrópolis.
Ara de Eiras.