Se trata de una fortaleza medieval, levantada por los musulmanes, cuyas primeras referencias datan del siglo X.En sus proximidades se halla la ermita de Nuestra Señora del Val.Este estaba emplazado al otro lado del río en una zona llana y, por tanto, mostraba un grado de vulnerabilidad mucho mayor ante los posibles ataques, que provenían del norte.[4] No obstante, la fortaleza levantada por los musulmanes continuó desempeñando un papel relevante durante el proceso de repoblación, que se extendió hasta el siglo XV.[5] Prueba de ello son las reformas emprendidas en el castillo entre los siglos XIV y XV.En su reconstrucción fue utilizado el tapial, que permitió recrecer con rapidez la cara perdida.[11] Al amparo de la fortaleza, tanto en época islámica como cristiana, y ocupando las colinas colindantes separadas por profundos barrancos, surgió un asentamiento estable cuya superficie se estima en 28 ha.
Ensayo histórico de José Demetrio Calleja (1897).
Las cuevas de Alcalá la Vieja (López Bruguera y Gutiérrez Muñiz, 1889).