Meses más tarde, en el mismo lugar donde el campesino casi se ahoga, descubrió una imagen de la Virgen y con el niño Jesús, tallada en alabastro.
[1] Aunque la ermita construida a la ribera del río siempre albergó la imagen, se registraron otras apariciones.
Además, La imagen ha salido en procesión en muchas ocasiones para pedir lluvia ante una sequía, para superar las epidemias, las plagas o el pedrisco, todas ellas causa de hambruna e inseguridad.
Más tarde, en 1376, por orden del arzobispo de Toledo, Pedro Tenorio se edificó sobre la anterior otra ermita, esta vez en estilo gótico.
Este templo se mantuvo en pie hasta la Guerra de la Independencia, cuando fue saqueada e incendiada.