Carmen Molina nació en la Ciudad de México en 1920.
Sus siguientes proyectos la harían trabajar con actores como Cantinflas, Emilio Fernández, Sara García, Gloria Marin, Julián Soler y Pedro Armendáriz, en películas como: No te engañes corazón (1937), Adiós Nicanor (1937), La gallina clueca (1941) y Simón Bolívar (1942).
En 1944, trabajó en la producción estadounidense de Walt Disney, Los tres caballeros, una película que combinaba animación con actores reales.
El año siguiente apareció en la película Song of México, pero pese a estas oportunidades en México no logra ser protagonista total y se conforma con hacer papeles de reparto en los que demuestra su calidad de actriz, como sucedió con la película Las mañanitas (1948), protagonizada por la pareja de la vida real que formaban Esther Fernández, una de las mayores divas de la década anterior, y Antonio Badú.
Decepcionada por no recibir las oportunidades estelares que sentía merecía, toma el teatro como refugio y se despide del cine con la película El mártir del calvario (1952), vuelve diez años después convencida por su amigo Mario Moreno Cantinflas para una participación en una de sus películas —El extra—, después haría participaciones menores.