Este traslado a Madrid le permitió establecer contacto con otros artistas directamente relacionados con el mundo de la danza y la escena.
Así, desde un primer momento, su carrera profesional se orientó hacia el mundo del espectáculo, interviniendo como diseñador de vestuario y escenógrafo para obras de teatro y ballet.
Aquella actividad ligada al espectáculo le permitió recorrer las principales capitales de Europa y Estados Unidos, y, en los meses de transición entre temporadas, fijar su residencia en París, Nueva York, Sevilla o Málaga.
Tras varios años de éxito y reconocimiento internacional, en 1973 Carlos Santiesteban regresó a su ciudad natal para inaugurar el recién restaurado palacio del Infantado con una exposición organizada por la Dirección General de Archivos y Bibliotecas.
Su última exposición monográfica se celebró en el Palacio del Infantado de Guadalajara: “Óleos sobre Castilla-La Mancha.
Entre tanto, desde la existencia del protocolo citado, el pintor se ofrece a la ciudad diseñando carteles para los ciclos festivos más importantes del año como las Ferias y Fiestas, la Navidad o Corpus Christi.
[3] Al edificio se le añadirá un anexo que servirá como Casa de los Cuentos.