Exageración burlesca

Por lo tanto y más que un simple diseño, la ilustración burlesca debe ser una contundente crítica político-social donde el artista expresa gráficamente su visión sobre determinados asuntos, a través de humor y de sátira.Las codificaciones visuales proporcionan mayor comprensión de la crítica que el cargadista pretende transmitir.Es muy claro que, en la mayoría de las veces, las imágenes se asocian con cierto lenguaje verbal, para así enriquecer la presentación elaborada.[3]​[4]​ Las cargadas procuran asociar figuras públicas con situaciones ridículas, y/o mostrar de forma no convencional temas tratados normalmente con mayor seriedad, llamando así la atención y provocando la risa o la sonrisa.[5]​[6]​ Un final inesperado o un detalle algo más solapado, es un factor muy usado en las cargadas para provocar un efecto de comicidad.Obviamente, lo sorpresivo, lo inesperado, es imprescindible en este caso, y una muy buena estrategia del cargadista consiste en esconder o en disimular sutilmente este factor, para que el mismo se revele al lector en el momento más adecuado.Muchas cargadas dialogan con noticias y editoriales del propio medio en el que fueron publicadas.
"Gargantúa" , litografía de Honoré Daumier , 1831. A causa de esta caricatura de Luis Felipe I de Francia , Daumier estuvo preso seis meses.