Además, el grupo fue accionista en diversas compañías ferroviarias y tranviarias a lo largo de la geografía española.
[7] Durante las siguientes décadas proporcionaron material rodante para múltiples empresas ferroviarias en España, llegando a ser uno de los principales fabricantes en el país en tranvías, metros y vagones para ancho métrico.
Fabricaron unidades para las redes urbanas de San Sebastián, Irún, Madrid, Leganés, Barcelona, Valencia, Sevilla, Mallorca, Zaragoza, Cádiz, Granada, Murcia, Gijón, Bilbao, Linares o Valladolid.
[6] Fueron desarrollando su tecnología al ritmo del mercado, pasando de construir únicamente las estructuras a ofrecer sistemas completos.
Por ello, y como era habitual en la época, la familia Escoriaza participó en otras sociedades ligadas al sector industrial para asegurar la provisión de materias primas y piezas intermedias (acero, tornillos, caucho...).
Esta situación de hegemonía regional le consolidó como una industria de referencia en España y le permitió obtener contratos fuera del mercado ferroviario.
[17] A pesar de haber abordado otros mercados, Material Móvil y Construcciones siguió realizando avances en el desarrollo ferroviario.
[19] La guerra civil española conllevó la militarización de las industrias pesadas, entre las que se incluyó Material Móvil y Construcciones.
Al no controlar hasta finales de la guerra los focos industriales catalán y vasco, Zaragoza se convirtió en un centro de producción clave para abastecer el frente norte y noreste.
[23] Tratando de diversificar sus actividades, la empresa incursionó en el mercado automovilístico.
En 1959 creó Vehículos industriales y agrícolas S.A (VIASA), que consiguió las licencias para fabricar jeeps, tractores de diseño Fiat y algunas furgonetas con diseño propio.
[21] Con el tiempo llegaría a fabricar más de 3000 autobuses, trolebuses y vehículos rodados colectivos al año.
Se hizo con el control de la empresa, que sin embargo siguió funcionando autónomamente.
[7] Aunque mantuvieron esta entidad separada durante algunos años, en 1971 se consumó la fusión de ambas empresas.
Pese a que la compañía resultante mantuvo la sede y principal foco de producción en Beasáin, la aportación de Material Móvil y Construcciones fue significativa, logrando entre otras cosas que se cambiara el nombre a Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) en su honor.