Tras descartar el uso de la locomotora a vapor por los ruidos y la suciedad que generaría, se optó por un sistema revolucionario por aquel entonces: la tracción eléctrica.
San Sebastián se convertía, de este modo, en la segunda ciudad de España en contar con tranvías eléctricos (tras Bilbao, cuya primera línea entró en servicio en 1896) y la primera en tener electrificados todos sus servicios.
En lugar de optar por una modernización del sistema (medida por la que sí se optó en los países centroeuropeos), se procedió a la sustitución de los veteranos tranvías por trolebuses.
En aquella época resultaban claramente superiores a los autobuses diésel (más potencia, mejor aceleración, mejor accesibilidad y más suavidad de marcha) y, a pesar de no ser un factor tenido en cuenta en su momento, evitaban las emisiones contaminantes.
[2] Las primeras líneas que incorporaron los nuevos trolebuses fueron las de Venta Berri e Igueldo.
Al día siguiente, los nuevos trolebuses tomaron el relevo entre la capital y Pasajes, desde allí provisionalmente, una flotilla de autobuses Leyland completaban el servicio hasta la Alameda de Rentería.
Esto supuso un paso atrás en términos medioambientales, en una época en la que éstos no se tenían en cuenta a la hora de explotar el servicio del transporte público.
[5] En la actualidad la flota de "dbus" está compuesta por 130 de los autobuses urbanos más modernos y ecológicos del mercado, producidos por las prestigiosas marcas MAN, Mercedes-Benz, Solaris e Irizar.