[10] Según la tradición legendaria, el convento demolido debía su nombre a un oscuro incidente ocurrido en 1630.
[11] A este largo preámbulo histórico sigue el acontecimiento 'festivo' que dio origen al nombre de la calle, y que fue la "enorme y solemnísima procesión"[14] organizada con todo el boato católico de la época el 13 de diciembre de 1639, durante la cual fue trasladado el Cristo (cuyos restos se habían conservado hasta ese momento en el convento de San Antonio del Prado) al nuevo edificio levantado para los capuchinos.
En él expuso sus caricaturas Sirio, noticia que recogió la prensa madrileña del mes de septiembre del año 1929, y que en su mayoría se trataban de personajes habituales del café, de los que el dueño, Agustí, le había pedido al humorista y dibujante una crónica gráfica.
Quince años después expondría sus dibujos en un renovado café Castilla otro caricaturista Paco Ugalde, acontecimiento que fue retransmitido en directo por Radio Nacional, en abril de 1944.
El legado de ambos artistas gráficos (casi doscientos cincuenta dibujos de actores, toreros, intelectuales, escritores y demás personajes pintorescos) se conservan en el Museo Nacional del Teatro, en Almagro (Ciudad Real).
En 1964, la viuda de Agustí traspasó el local a un banco, y al inicio del siglo XXI lo ocupaba un restaurante.
Y vecinos nocturnos fueron algunos intelectuales asociados al fenómeno de la movida madrileña, que solían reunirse en el Salón España, según relataba Vicente Molina Foix en sus crónicas en El País, citando la presencia habitual de Paloma Chamorro, Juan Benet, Javier Marías, Blanca Andreu, Elías Querejeta o Javier Pradera.