Tomó su nombre del convento de San Fernando que hubo en ella, asistido por mercedarias calzadas y dedicadas a la liberación de cristianos cautivos.[1] En tiempos de Fernando VII se conoció como calle de San Fernando, por el convento dedicado a ese santo, y cuya misión en la gestión para la libertad de cautivos acabó por darle la denominación que todavía conserva.[9] Situado en esta calle de la Libertad, esquina a la de San Marcos, el Teatro Alhambra (que a finales del siglo XIX tuvo el nombre de Teatro Moderno), ofreció entre 1871 y 1905 una programación esencialmente dedicada al género chico (y en su últimos años, a las "varietés"),[10] aunque a lo largo de su casi medio siglo de existencia también se representaron operas, sainetes y dramas.[11] Cuenta Olmedilla que fue el actor y empresario Manuel Catalina quien en 1877 lo decoró con adornos de evocación árabe y mudéjar; esta decoración que le dio identidad y hasta celebridad durante su existencia, fue respetada por la reforma que en 1893 realizó Luis María Cabello y Lapiedra.[3] El Alhambra se usó también como salón para bailes de máscaras,[1] o espectáculos 'alternativos' como el llamado "Laberinto árabe", que montó Luciano Berriatúa.
Taberna
La Carmencita
en la esquina de Libertad con la calle de San Marcos.