A partir del siglo XVIII empezó la decadencia de la Universidad de Alcalá, suceso que arrastró a la industria editorial de la ciudad, hasta el punto que en la actualidad no se conserva ningún edificio original que haya sido taller tipográfico.
Desde la segunda mitad del siglo XX la calle Libreros, junto con el resto de la ciudad, ha recuperado su importancia y ha mejorado su aspecto.
Actualmente, es una de las calles comerciales del casco histórico más importantes.
En su arranque, en el lado norte (números impares), tiene un pequeño tramo soportalado con 12 pilares hasta alcanzar la calle del Tinte, por esa misma acera tiene también esquina con la calle Nebrija.
En el lado sur (números pares) tiene otras dos conexiones a sendas calles: Bedel y Beatas.