Debe su nombre al músico y maestro de la zarzuela Francisco Asenjo Barbieri.
Cuando la madre superiora abrió el siniestro saco, la cabeza que resultó ser parlante, exclamó «¡Madre!».
Los jueces no tuvieron piedad, fue condenado a garrote vil y que se le cortase una mano «y fuese clavada en un palo en el mismo lugar conde cometió el delito».
[8] En la fachada del número 10 de esta calle, una placa municipal recuerda que allí tuvo el duende flamenco reunión, entre 1963 y 1993, en el tablao Los Canasteros, «“Teatro Real de los Gitanos”, donde se daban cita artistas, intelectuales y toreros».
[9] Otro local con cierta solera es el restaurante taurino Casa Salvador, en el número 12, que presume de tener entre sus primeros clientes a Ernest Hemingway, Luis Miguel Dominguín y Ava Gardner,[10] circunstancia de la que sospechosamente presumen el 50% de los establecimientos del antiguo Madrid.