Se llaman así los sistemas de calefacción que utilizan el agua como caloportador entre el sistema de generación, comúnmente una caldera, y los emisores o elementos terminales ubicados en los locales a calefactar.
Pero el vapor resulta peligroso y supone demasiadas complicaciones para aplicarse a la calefacción doméstica, por lo que hacia 1895 aparece la primera caldera formada por elementos sueltos, construida por el ingeniero Strebel.
[2] Estas "estufas" de doble pared, pueden enviar el agua caliente, aprovechando el efecto termosifón hasta radiadores distribuidos por la casa.
El fluido calentado transporta la energía térmica desde el generador hasta los emisores a través de tuberías.
El sistema emisor lo forman los elementos terminales que reciben el calor transportado y lo transmiten o lo intercambian con el aire ambiente.
Las más usuales son: En cuanto a su conexión las hay de dos tipos: rectas y acodadas.
Todas estas válvulas existen en versión termostática, con regulación automática del caudal.