Quemador

Aunque esencialmente, en lo que respecta a la función indicada, ambos tipos son iguales, los de combustible líquido tienen un mecanismo algo más complejo debido a la necesidad de preparación previa del combustible.

El tipo más sencillo de quemador, es el que tiene funcionamiento a una etapa, también es conocido como On-Off.

Todo este proceso se produce en el interior de la boquilla o chicler[1]​ del quemador.

[6]​ Son válvulas de solenoide, generalmente tipo NC,[7]​ que dan paso al combustible hasta el chicler correspondiente.

En este último caso, el accionamiento de las compuertas se hace mediante pistón hidráulico o con servomotor eléctrico.

El aire impulsado a través de las ranuras u orificios del deflector, junto con el aire secundario que pasa por el espacio circular entre el deflector y el cañón, forman el vacío necesario para estabilizar la llama y por tanto la temperatura necesaria para la vaporización del combustible.

Cuando se produce la llama, su brillo es detectado por una célula fotoeléctrica situada a la entrada del cañón, que corta la corriente al transformador.

Si eventualmente la llama cesa, la célula vuelve a producir chispa para otro encendido.

Una tarjeta impresa con circuitos lógicos, controla que no se produzca una puesta en marcha o un funcionamiento irregular.

Lo indicado anteriormente se refiere a quemadores de combustibles líquidos ligeros, generalmente gasóleos.

Los fuelóleos son los combustibles líquidos más pesados, que debido a su alta viscosidad necesitan en los quemadores unos tratamientos específicos además de los indicados.

Los fuelóleos muy pesados, debido a su alto poder contaminante se utilizan cada vez menos en Europa.

Algunos más ligeros, por su bajo precio, se siguen utilizando en la industria y en plantas de cogeneración.

Cuando la bomba se pone en marcha aspira el combustible a través de un filtro y lo hace llegar a un depósito, llamado comúnmente barrilete o precalentador, donde con resistencias eléctricas se eleva su temperatura hasta alcanzar la óptima para su pulverización.

Del precalentador, el fuel llega a la electroválvula de prelavado, que estará abierta y hará retornar el combustible al barrilete.

Si la presión del ventilador es inferior a la pérdida de carga, el quemador dará explosiones y los humos revocarán, pero si es muy superior, aumentará mucho el caudal de aire con respecto al teóricamente necesario.

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