[2] La curva tiene por objeto el control de la caldera o generador para que caliente las estancias de un edificio o vivienda a una temperatura confortable y lo más constante posible aunque cambien las temperaturas exteriores.
La norma UNE considera temperaturas de confort en invierno entre 21 y 23 grados celsius.
Ya que es difícil calcular inicialmente todos los parámetros individualmente, es aconsejable hacerlo probándolos durante el funcionamiento del sistema hasta alcanzar el ajuste más idóneo, que puede requerir modificaciones si las condiciones climáticas cambian.
Los sistemas informáticos permiten el control automático siempre y cuando se contemplen adecuadamente todas las variables a lo largo del período de calefacción.
No obstante siempre se requiere la supervisión técnica y comprobación del funcionamiento.
Así, cuando por la noche se produce un descenso de temperaturas se activa el desplazamiento paralelo hacia abajo o retroceso nocturno que mantendrá unas temperaturas más bajas del flujo que la curva inicial.
[2] Durante el ajuste fino, las válvulas termostáticas de los radiadores deben estar completamente abiertas en la estancia de referencia considerada (que debe ser normalmente el espacio vital más frío y desfavorable).
Para ello, todas las válvulas de radiador se ajustan a la temperatura ambiente deseada.