El cable transatlántico redujo el tiempo de comunicación entre ambos extremos, permitiendo que un mensaje y una respuesta llegaran en el mismo día.
En 1840 la red telegráfica terrestre comenzó a extenderse rápidamente por Europa y los Estados Unidos.
Para conseguir un cable telegráfico submarino se debía resolver el problema del aislamiento.
Una vez solucionado ese problema, se abrió el camino a la instalación de cables submarinos.
A consecuencia del éxito del mismo, el cable submarino sufrió un «boom»: se tendieron más en Irlanda, Bélgica, Países Bajos, en el Reino Unido, en el Mediterráneo, en el mar Negro, etc. en el año 1855 ya había 25 cables submarinos instalados.
[4] William Fothergill Cooke y Charles Wheatstone presentaron su trabajo sobre el telégrafo en 1839.
Morse desarrolló la idea de una línea submarina a través del océano Atlántico.
Casi al mismo tiempo se le ocurrió un plan similar a Frederick Newton Gisborne, un ingeniero de telégrafos en Nueva Escocia.
Field adoptó la idea de Gisborne y creó la New York, Newfoundland & London Telegraph Company, luego Atlantic Telegraph Company, para establecer una línea de telégrafo entre América y Europa.
Y con el teniente Matthew Maury, una autoridad en oceanografía, las cuestiones sobre el fondo marino.
Así consiguió la topografía y la carencia de corrientes del fondo oceánico.
Cyrus West Field y la Atlantic Telegraph Company realizaron el primer cable telegráfico transatlántico.
El cable funcionó durante solo tres semanas, pero fue el primero de los proyectos en obtener resultados prácticos.
Aunque resultó una simple cuestión de unir las dos secciones, la opinión pública magnificó posteriormente este error.
[7] El Gobierno británico concedió a Field un subsidio de 1400 £ al año y prestó los barcos necesarios.
En la Cámara de Representantes se encontró con una hostilidad similar, pero en última instancia, fue firmado por el presidente Franklin Pierce.
[8] El cable se rompió en el primer día a casi 3,2 km de profundidad, y la operación fue abandonada en ese año.
Los buques iban a reunirse en el centro del Atlántico, donde las dos mitades del cable iban a ser empalmadas juntas, y mientras el Agamemnon desenrollaría hacia el este hasta la isla de Valentia, el Niagara desenrollaría al oeste hacia Terranova.
El 5 de agosto, llegó a la isla Valentia, y el extremo de la orilla llegó a tierra en Knightstown y luego se conectó con el cable local cercano.
[13] Además lord Kelvin y el doctor Whitehouse se encontraban en los extremos opuestos del cable y solo se podían comunicar a través del propio cable.
Algún escritor incluso dio a entender que el cable telegráfico era un engaño, y otros pensaban en una especulación bursátil.
En la investigación posterior, se consideró al doctor Whitehouse responsable del fracaso, pero la empresa no escapó a las críticas por emplear a un ingeniero eléctrico sin reconocidas cualificaciones.
Además, al año siguiente el cable del mar Rojo también terminó en fracaso.
Las empresas de cable submarino se vieron obligadas a una revisión fundamental.
Estaba ansioso por retornar al trabajo, pero el público había perdido la confianza en el sistema y sus esfuerzos para revivir la empresa fueron inútiles.
Hasta 1864 que, con la ayuda de Thomas Brassey y John Pender, no logró reunir el capital necesario.
Además, Field despidió a Whitehouse, como jefe de electricistas y lo sustituyó por Thomson.
El cable fue diseñado bajo una cuidadosa investigación y se llevaron a cabo muchos experimentos.
[14][15] El barco Great Eastern bajo el mando del capitán sir James Anderson colocó un nuevo cable.
Algunos pensaban que era una tarea inútil, declarando que localizar un cable a una milla de profundidad y después de dos años, sería como buscar una aguja pequeña en un pajar grande.