Además, cumplían un papel más central en la sociedad medieval siendo esenciales para la guerra, la agricultura, diversión y el transporte.
Para poder estudiar al caballo medieval, los historiadores además de basarse en las modernas razas y restos arqueológicos, deben tener en cuenta los documento escritos y pictóricos Numerosos juegos medievales se basaron en el uso del caballo, como los torneos y justas, donde los caballeros cabalgaban sobre sus monturas simulando combates (o a veces realizando verdaderas batallas) bien fuera por diversión o para resolver disputas personales.
El hombre justo de noble corazón que rescataba damiselas montado sobre su corcel rápidamente caló en la literatura medieval y posteriormente renacentista.
El caballo en la Edad Media significaba prestigio social, pues era costoso mantener el animal, y no todos podían darse ese lujo.
Muchas veces los guerreros eran sepultados junto a sus caballos tras su muerte, y mantenían una relación sentimental muy cercana.
"[1] Durante las guerras cruzadas muchos caballos húngaros eran comprados, y estos tenían buena fama.
Por otra parte, siglos después, el cronista francés Gilles Le Bouvier, quien escribió entre 1451 y 1455 "El Libro de Descripción de los Países", dejó registrado que: "... (en Hungría) todos llevan barbas largas, con mucha frecuencia viajan a Roma en peregrinaje santo, más que cualquier otra nación en el mundo.